Pensamiento 1.
La patronal y los
sindicatos han llegado a un acuerdo sobre las subidas salariales de 2015 y
2016. Ambas partes están contentas, los unos porque continúa la contención
salarial, los otros porque se rompe la tendencia descendente, y todos por una
especie de síndrome de Estocolmo compartido.
Acuerdos como éste
van en la dirección equivocada. Aportaré cuatro razones.
1ª. La retribución es
el punto más importante de la relación laboral y debe reflejar a) la situación
y posibilidades de cada empresa y b) la aportación de valor de cada empleado dentro
de ella. Ello exige una relación personal entre empleador y empleado, en la que
uno y otro se miren a los ojos y manejen responsablemente ambos términos. Este
acuerdo baypasea esa relación, a veces incómoda, pero necesaria.
2ª. Si se suplanta
la responsabilidad personal tanto de cada empleador y de su estructura de
mandos como de cada empleado por acuerdos entre funcionarios que desconocen la
realidad concreta, es ilusorio pretender que los empleados tengan una actitud
de compromiso con la empresa.
3ª. No vale aplicar
soluciones idénticas a situaciones diferentes. Y ni la situación de las distintas empresas ni la aportación de cada empleado son
las mismas.
4ª Se ha dicho
hasta la saciedad que las alzas salariales deben estar vinculadas a mejoras en
productividad. No sólo no es así en este acuerdo, sino que se establece
expresamente una cláusula de garantía vinculada al IPC.
No hay comentarios:
Publicar un comentario