Pensamiento 19.
La empresa
capitalista es la mejor vía que ha encontrado la humanidad para crear riqueza
material y no sólo material. Allí donde se ha instalado, ha conseguido como
ninguna otra institución multiplicar la capacidad creadora de los humanos: el
numerador de la ecuación.
La evolución
reciente del capitalismo, de industrial a financiero, está mermando su
capacidad creadora de riqueza. El que unos se enriquezcan a costa del
empobrecimiento de otros no está en su esencia, como pretende vendernos el pensamiento
único.
Es necesario
“desestructurar” al capitalismo, liberarlo de creencias sin fundamento
convertidas en dogmas, repensarlo. La empresa capitalista es demasiado preciosa
como para liquidar cuestiones fundamentales acerca de ella con lugares comunes
sin justificación racional seria.
Hay tres
convicciones especialmente claves, aceptadas universalmente sin la menor
crítica, porque “lo dicen todos” y “no puede ser de otra manera”. Son los tres
dogmas a los que me he referido en el pensamiento anterior: que la empresa es
propiedad de sus accionistas, que tiene la finalidad de lograr beneficios para
éstos, y que en ella lo más importante es el dinero. No se sostienen
conceptualmente y es preciso cuestionarlos a fondo. Los iremos desmontando.
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