Pensamiento 31. Sobre consejeros y directivos, 7. Quinto
mandamiento. Desarrollarás un liderazgo que ofrezca horizontes amplios y
desafíos exigentes de superación personal, primera parte, la clave del liderazgo.
Dividiré la
explicación de este mandamiento en dos partes porque quiero destacar un aspecto
clave del liderazgo habitualmente ignorado y sin embargo su clave principal. Dado
que es un aspecto conceptual, prefiero dejarlo como objeto de reflexión antes
de pasar a aspectos más “tangibles”. Lo mismo haré en el noveno mandamiento,
referido a la retribución.
La esencia formal
del liderazgo, lo que distingue formalmente el trabajo específico del líder del
de quien no lo es, por ejemplo del de un técnico, es el modo en que estructura
su trabajo. El técnico 1º hace un diagnóstico de su situación, 2º se plantea un
objetivo, 3º define acciones para lograrlo, 4º las lleva a cabo, y 5º controla
el resultado. El líder en cambio, después del segundo paso, reconduce el
proceso e introduce un factor nuevo: las personas a las que lidera. Respecto a
ellas se plantea un nuevo objetivo que para él pasará a ser prioritario:
conseguir que ellas comprometan sus conocimientos, cualidades y energía en el
objetivo del segundo paso. Ya no será él el que realice las acciones para alcanzarlo
(cuarto paso), sino los liderados por él. La esencia del liderazgo consiste en cambiar
de registro y hacer del comportamiento de los liderados el objetivo y
referencia principal del propio trabajo.
Cuando a una
persona se le confía la responsabilidad de alcanzar objetivos importantes para
la empresa, pero no como técnico sino como directivo con colaboradores a los
que liderar, se encuentra en una situación de tensión: tiene que conseguir los
objetivos de la empresa -cometido encomendado por su dirección y medido
habitualmente en términos económicos-, pero tiene que hacerlo a través de los
demás.
Aquí aparece la
verdadera piedra de toque del liderazgo, lo que define el nivel de excelencia
del directivo: para conseguir la involucración de sus colaboradores con sus
mejores cualidades, debe respetar su libre voluntad, algo muchas veces
ignorado. Conseguir los objetivos no sólo “a través de otros”, sino logrando la
implicación de la voluntad libre de éstos. A profundizar en ello dedicaré el
pensamiento siguiente.
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