jueves, 19 de noviembre de 2015

Pensamiento 31. Sobre consejeros y directivos, 7. Quinto mandamiento. Desarrollarás un liderazgo que ofrezca horizontes amplios y desafíos exigentes de superación personal, primera parte, la clave del liderazgo.
Dividiré la explicación de este mandamiento en dos partes porque quiero destacar un aspecto clave del liderazgo habitualmente ignorado y sin embargo su clave principal. Dado que es un aspecto conceptual, prefiero dejarlo como objeto de reflexión antes de pasar a aspectos más “tangibles”. Lo mismo haré en el noveno mandamiento, referido a la retribución.
La esencia formal del liderazgo, lo que distingue formalmente el trabajo específico del líder del de quien no lo es, por ejemplo del de un técnico, es el modo en que estructura su trabajo. El técnico 1º hace un diagnóstico de su situación, 2º se plantea un objetivo, 3º define acciones para lograrlo, 4º las lleva a cabo, y 5º controla el resultado. El líder en cambio, después del segundo paso, reconduce el proceso e introduce un factor nuevo: las personas a las que lidera. Respecto a ellas se plantea un nuevo objetivo que para él pasará a ser prioritario: conseguir que ellas comprometan sus conocimientos, cualidades y energía en el objetivo del segundo paso. Ya no será él el que realice las acciones para alcanzarlo (cuarto paso), sino los liderados por él. La esencia del liderazgo consiste en cambiar de registro y hacer del comportamiento de los liderados el objetivo y referencia principal del propio trabajo.
Cuando a una persona se le confía la responsabilidad de alcanzar objetivos importantes para la empresa, pero no como técnico sino como directivo con colaboradores a los que liderar, se encuentra en una situación de tensión: tiene que conseguir los objetivos de la empresa -cometido encomendado por su dirección y medido habitualmente en términos económicos-, pero tiene que hacerlo a través de los demás.

Aquí aparece la verdadera piedra de toque del liderazgo, lo que define el nivel de excelencia del directivo: para conseguir la involucración de sus colaboradores con sus mejores cualidades, debe respetar su libre voluntad, algo muchas veces ignorado. Conseguir los objetivos no sólo “a través de otros”, sino logrando la implicación de la voluntad libre de éstos. A profundizar en ello dedicaré el pensamiento siguiente.

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