jueves, 17 de marzo de 2016

Pensamiento 45 Sobre consejeros y directivos, 16. Introducción a los pecados capitales.
En los pensamientos anteriores he expuesto en forma de diez mandamientos los principales comportamientos de consejeros y directivos que marcan la línea divisoria entre el éxito y el fracaso de las empresas que dirigen. Ahora expondré, en forma de siete “pecados capitales”, algunas características personales que, según mi experiencia, conducen a la mediocridad a directivos y consejeros -y consiguientemente a sus empresas- y los alejan de la excelencia. Y por contraposición, señalaré las siete virtudes que harán de ellos los líderes que necesita la sociedad.
Mientras que los diez mandamientos se sitúan en el ámbito de la acción, los pecados capitales pertenecen al del ser y desde él condicionan el hacer.
Como ya he señalado, el término “pecados capitales”, igual que el de mandamientos, proviene de nuestra cultura cristiana, origen principal de nuestra civilización occidental. Se denominan capitales no porque sean los pecados más graves, sino porque predisponen a cometer otros. Los aprendimos en el catecismo, pero los recordaré para los flacos de memoria: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.
Califico de “capitales” a los “pecados” que voy a exponer a continuación porque, igual que los del catecismo, predisponen a los consejeros y directivos a no seguir la senda de la virtud marcada por los diez mandamientos. Son:
1.   El miedo al otro.
2.   El posicionamiento del lado del capital.
3.   La falta de ambición.
4.   La pereza intelectual y el conformismo respecto al statu quo.
5.   La instalación en la empresa.
6.   No pasar de técnico a directivo.
7.   Ser apóstol del cambio… en los otros.
En realidad son debilidades presentes en la mayoría de las personas (el segundo pecado es una excepción sólo aparente) y es frecuente considerarlas parte de la “naturaleza humana”. Pero cuando están presentes en los directivos, dejan de ser simples debilidades humanas y se convierten en auténticos “pecados”- Porque, como he señalado en el pensamiento 24, el nivel humano que su responsabilidad exige a los directivos es superior al del resto de la población.

Es indudable que hay muchas otras debilidades que forman parte de lo que se llama la naturaleza humana. Pero mi experiencia me dice que, tratándose de los directivos, estas siete son especialmente importantes -capitales- por sus importantes consecuencias para la empresa. Las iré describiendo una a una en los pensamientos siguientes.

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