Pensamiento 46. El ejemplo del Banco de Santander
Como sabes, el
Banco de Santander acaba de anunciar el despido de 1.200 empleados, el 5 %de su
plantilla en España.
A propósito de esta
noticia, te propongo un ejercicio práctico. Para hacerlo no es necesario que
seas cliente del Santander: sin duda lo eres de algún Banco, y la mayoría se
parecen entre ellos. De hecho Funcas prevé 15.000 despidos bancarios en los
próximos años.
Cuando entres en
una sucursal bancaria, observa lo que ves, oyes y sientes y compáralo con lo
que te he ido diciendo en cada uno de los Mandamientos: los tienes recogidos
dos Pensamientos más arriba, en el nº 44.
¿Encuentras que los
empleados de tu sucursal trabajan como equipos dinámicos volcados expresa y
conscientemente a la creación de riqueza? ¿Y que todos ellos vibran
interiormente -y lo transmiten- por un proyecto focalizado al valor con el que
se sienten plenamente identificados? ¿Y que el Banco es para ellos el lugar en
el que hacen realidad sus mejores aspiraciones, en el que desarrollan sus más
específicas cualidades y energías, y en el que reciben un reconocimiento? ¿Y
que…? sigue con los Mandamientos, por favor. No es muy científico pero apunta
pistas.
Yo te haré una
aportación referida al octavo. Tampoco es científica, pero apuesto el mejor
prado de mi caserío a que es cierta.
A partir de los
datos oficiales del Banco sobre su plantilla y retribución, y de la observación
cuidadosa de lo que sucede en diferentes oficinas de distintas ciudades,
concluyo, siendo conservador en los cálculos, que cada año el Banco de
Santander gasta en pagar a sus empleados, sólo en España, entre 200 y 250
millones de euros por encima de lo que vale el trabajo de dichos empleados. Y
me temo que esta conclusión no es una singularidad del B.S.: semejante despilfarro
se produce también, proporcionalmente a su tamaño, en la mayoría de nuestras
empresas, sobre todo las grandes. La metodología con la que hago el cálculo la
expongo con suficiente detalle en el libro La creación de riqueza en la empresa
española.
Con la medida
excepcional de despedir a 1.200 empleados el Banco se va a ahorrar unos
cincuenta millones de euros tirando por lo alto y olvidándonos de los costes de
los despidos. Es decir, a lo sumo la quinta parte del despilfarro que se
considera normal con los actuales modelos de gestión.
Es cierto que esa
medida se apoya en la gran transformación tecnológica que se está produciendo,
pero no lo es menos que ésta se veía venir desde hace tiempo, que los problemas
que hoy explotan se han ido gestando a lo largo de años, y que gestionar
incluye prever. Prever y preparar los equipos humanos del Banco para las nuevas
realidades, con preferencia al ineficiente e insultante “usar y tirar” que se
nos presenta como normal.
¿Tiene sentido
recurrir a medidas drásticas y en sí mismas muy costosas, sobre todo humanamente,
para ahorrar la quinta parte del despilfarro que, desde los habituales
criterios de gestión, se considera normal? ¿No sería más inteligente cuestionar
esos criterios, optar por cumplir los Mandamientos, y hacer una gestión
eficiente tanto de los salarios como del capital humano? ¿Dónde están, qué
hacen y para qué sirven los flamantes departamentos de RRHH de nuestras
empresas?
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